28 febrero 2010

Problemas alimentarios

Los trastornos alimenticios se han convertido en nuestra época en una expresión a la orden del día. El modo de vida, los modelos estéticos predominantes, o los problemas psicológicos y/o de autoestima son algunas de las causas de este problema tan serio, que puede llevar a las personas incluso a la muerte.
Aunque quizá los problemas más conocidos socialmente sean la anorexia y la bulimia, lo cierto es que no sólo existen estas dos enfermedades, existe una gran diversidad y cada una se muestra de una forma.
Estos trastornos alimenticios son en definitiva, alteraciones psicológicas.

La
anorexia consiste en un trastorno de la conducta alimentaria que supone una pérdida de peso provocada por el propio enfermo y lleva a un estado de inanición. La anorexia se caracteriza por el temor a aumentar de peso, y por una percepción distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el enfermo se vea gordo aun cuando su peso se encuentra por debajo de lo recomendado. Por ello inicia una disminución progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos. Este trastorno es más común entre mujeres, sobre todo en edad adolescente.

La
bulimia se caracteriza por episodios frecuentes de voracidad seguidos por conductas compensatorias dañinas, como el vómito provocado, el abuso de fármacos, laxantes y diuréticos o cualquier medicamento con efectos similares. Al igual que en la anorexia, también en la bulimia existe una alteración de la percepción.

La
diabulimia es un trastorno poco conocido. Esta enfermedad afecta a aquellas personas que padecen diabetes de tipo 1. La diabulimia se diferencia notablemente de otros trastornos en los que es necesario vomitar, ayunar, hacer ejercicio en exceso…, es un trastorno silencioso donde la dieta es prácticamente la misma, sólo es necesario dejar de administrarse la insulina o en su defecto reducir la dosis.

Existen otros trastornos como la
vigorexia, la ebriorexia, la ortorexia...
La mayoría de estos problemas tienen aun uno mayor, y es el hecho de que las personas que los padecen, a menudo no lo admiten, lo que hace más complicado, si cabe, su solución.
Como resultado, podrían resistirse fuertemente a comenzar y permanecer en tratamiento. Los miembros de la familia u otras personas de confianza pueden ayudar a asegurarse de que la persona con un trastorno alimenticio reciba el cuidado y rehabilitación que necesita. Para algunas personas, el tratamiento podría ser a largo plazo.

Los trastornos alimenticios se pueden tratar exitosamente y se puede restablecer un peso saludable. Mientras más pronto se diagnostique y se trate el trastorno en cuestión, será más probable que se den mejores resultados. Debido a su complejidad, los trastornos alimenticios requieren un plan extenso de tratamiento. El tratamiento involucra monitoreo y cuidado médico, intervenciones psicosociales, asesoría en nutrición, y cuando es adecuado, control con medicamentos.

La mayoría de las personas que padecen este tipo de enfermedades son mujeres, mujeres con complejos, mujeres con inseguridades, mujeres con la autoestima baja, con problemas familiares, con carencias afectivas o de cualquier otro tipo. Mujeres que de una manera u otra, se suelen dejar llevar por la sociedad, por la opinión de los demás, por el qué dirán, por el miedo al rechazo.
¿Qué importa que los demás te quieran si no te quieres a tí misma? Empieza por ahí, mírate al espejo cada día, y siente lo maravilloso que es ser mujer.

LUCHEMOS PARA SOLUCIONAR ESTAS ENFERMEDADES!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario