25 febrero 2010

La moda, siempre con nosotros

A lo largo de la Historia, la forma de vestir ha sido algo distintivo de las diferentes civilizaciones y momentos. Los grandes momentos de la Humanidad, tienen asociado un característico vestuario, porque sí, la ropa también tiene Historia.

Podríamos decir que la moda es una elección en base a unos criterios, la cuestión es discernir quién establece dichos criterios, quizá lo que se conoce como grandes imperios de la moda, quizá las empresas textiles, o tal vez los grupos socialmente más exclusivos.
Cada uno saque sus propias conclusiones, lo importante es que en nuestra elección juegue un papel fundamental nuestros criterios, nuestra personalidad. La ropa que elegimos es parte del lenguaje personal, expresa lo que somos y cómo nos sentimos, y por ello debería estar en coherencia con nuestro interior, fruto de una reflexión interna, porque las cosas importantes bien merecen un pensamiento. La moda se debe entender como algo pasajero, seguirla pero si someterse a ella.

No es casualidad salir de casa con los zapatos sucios, sino señal de persona descuidada. Tampoco es casualidad salir de casa como un organizador de collares o exhibiendo un escote de vértigo, sino síntoma de persona exagerada y ávida por llamar la atención. Por ello es importante que nuestro vestuario refleje realmente nuestra personalidad, o acaso se entiende el mensaje de una persona que niega de palabra pero asiente con gestos, no podemos olvidar que nuestra personalidad se muestra en el exterior, así que la moda, o lo que adoptamos de ella, no es, ni debe ser fruto de la casualidad.


Dado que el vestuario es una forma de lenguaje, deberíamos invertir algo de tiempo en pensar ¿qué mensaje quiero trasmitir?, ¿qué imagen quiero dar en esta ocasión? ¿es coherente mi forma de vestir con mi personalidad?. La respuesta a estas preguntas definen el estilo personal, y propician una sensación de comodidad que permite sacar lo mejor de ti, porque en la elección del estilo se manifiesta el tipo de persona que somos, y es ahí donde radica la base de la elegancia, en saber elegir.

Teniendo en cuenta que el color es el lenguaje del sentimiento, podemos hacer referencia a algun detalle práctico: el mejor socio para transmitir poder y madurez en una reunión es el negro, si queremos cerrar un trato optar por el blanco que inspira estabilidad, para un día tranquilo nada como el rosa pastel y si queremos atraer la atención y transmitir fuerza y vitalidad el rojo será el mejor aliado.


Porque la ropa refleja el estado de ánimo, cuidemos el fondo de armario.

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