21 abril 2010

Violencia escolar


El acoso y la violencia escolar envenenan las aulas españolas.
Desafortunadamente no se trata de conductas aisladas, ni "chiquilladas", ni tampoco es algo "normal entre chavales". Esto es el bullying.
Se trata de comportamientos que poco a poco van aumentando en medio del silencio y la impunidad social. Alrededor del 23% de los escolares españoles (casi uno de cada cuatro), es víctima de algunos de sus compañeros y sufre agresiones u hostigamiento psicológico, con posibles graves secuelas como consecuencia. Según el Diario El Mundo, después de realizar investigaciones se ha llegado a la conclusión de que las niñas que han sufrido este acoso, tienen más posibilidades de pensar en quitarse la vida pasados los años, de forma que si el bullying desapareciera, se reduciría en un 10% la tasa de suicidios femeninos.
Y sorprende que el 90% de los alumnos agresores siguen en el centro mientras las víctimas se van o se hunden.




Pero aquí no acaba la cosa, porque dentro del acoso escolar, también hay cabida para otro tipo de violencia impensable hace unos cuantos años, la violencia contra el profesorado...¿dónde vamos a llegar...?
De esta forma, la Conserjería de Educación, según el Diario El País, gastará casi dos millones de euros en una campaña de publicidad sobre la autoridad del profesor. Esta campaña incluirá anuncios de televisión, cuñas de radio, etc., con la pretensión de fomentar el respeto y el apoyo a la figura del profesor.

Las manifestaciones de este tipo de violencia pueden ser varias: agresiones físicas, intimidaciones verbales, amenazas de tipo psicológico...
Poco a poco esto se reconoce socialmente y se va consiguiendo que, aunque despacio, la ayuda sea mayor.
No nos equivoquemos, esto no es un fenómeno aislado, ni algo a lo que se le da bombo en este momento pero que no tiene tanta importancia. Esto es algo que ocurre, quizá con mucha más frecuencia de la que podemos pensar, algo que tiene graves consecuencias en personas que aun no han conformado totalmente su carácter. Es realmente peligroso, y debe ser prioritario atajar el problema, porque no queda sólo en violencia en los colegios, y digo sólo entre comillas gigantes, sino que se transformará también en violencia juvenil, extendiéndose a diferentes ámbitos de la vida.

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